Invitan a apoderados y docentes a tomar un papel más activo en la prevención generando espacios para el debate de la problemática y de confianza para las denuncias.
La Superintendencia de Educación informó que durante el 2022 se recibieron 769 denuncias por ciberacoso, 362 más de las contabilizadas durante los años 2018-2019, cuando los registros evidencian 407 denuncias.
El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, relacionó el aumento de denuncias con la pandemia COVID, que generó el cierre de las escuelas y adaptación de las clases a la modalidad virtual por casi tres años, impactando de forma negativa en la dinámica de relación e interacción social de los/las estudiantes.
La psicóloga del Programa de Acceso a la Educación Superior (PACE) de la Universidad de Talca, Claudia Domínguez, explicó que la pandemia impuso a los/las estudiantes la privación de establecer vínculos con amigos/as de forma presencial y la ausencia del intercambio espontáneo entre pares y adultos no familiares, afectando las capacidades de desenvolverse en público y aumentando el riesgo de sufrir un mayor aislamiento, ansiedad y estrés al relacionarse.
Con disminución de la capacidad de sociabilizar y la poca asertividad comunicativa, el ciberacoso ha ganado terreno. Es por ello, que la profesional recomienda robustecer las iniciativas de prevención en los hogares y los establecimientos escolares.
“Un concepto que es necesario conocer es la Netiqueta, que nos indica normas de presentación, comportamiento y de expresión ideales en las redes sociales”. Domínguez plantea la necesidad de que los docentes se instruyan sobre las netiquetas y este pueda ser parte del contenido programático que entregan a sus estudiantes, con el objetivo de fomentar espacios de interacción digitales de respeto y cuidado.
Detalla que si bien, muchos padres desconocen la realidad que se viven en las redes sociales y las interacciones que se pueden dar, es importante que en el hogar se fomenten interacciones sociales basadas el respeto y tolerancia. Además insistió en crear ambientes seguros de conversación familiar donde puedan explicar el ciclo de violencia que genera el ciberacoso, para la víctima, para el abusador y en los compañeros que son testigos de la acción, con el objetivo de promover la denuncia oportuna.
El psicólogo PACE UTalca, Felipe Figueroa, concuerda con Domínguez, asegurando que si bien los establecimientos educacionales cuentan con un Plan de Gestión de la Convivencia Escolar (PGCE), se pueden crear campañas de concientización periódicas, que incluyan charlas, talleres, videos y material educativo, que profundice en el impacto del ciberacoso y de herramientas cómo prevenirlo, dirigido no solo a los estudiantes sino también a apoderados/as, profesores/as y toda la comunidad educativa.
Recomienda crear espacios para la enseñanza de habilidades sociales y emocionales que ayuden a los/las estudiantes a generar y construir relaciones saludables y evitar la necesidad de recurrir a la agresión o ciberacoso.