Expertos plantearon los desafíos de la educación virtual e híbrida y dieron a conocer las prácticas aplicadas en distintos aspectos para lograr cumplir con el proceso de enseñanza aprendizaje.
Con el objetivo de generar un espacio de difusión y reflexión sobre la actualidad educativa, se realizó el primer Seminario de Buenas Prácticas del Programa de Acceso a la Educación Superior (PACE) UTalca, que contó con un abanico de expertos que contaron sus experiencias vivenciales y cómo debieron adaptar el proceso de enseñanza aprendizaje a las clases virtuales e híbridas durante la pandemia.
La actividad se desarrolló en dos jornadas que fueron transmitidas por el canal de YouTube del Programa PACE. Carlo Campano, jefe del Departamento de Educación de la Seremía de la región del Maule, participó de la jornada inaugural asegurando que este tipo de iniciativas es de suma relevancia para conocer los avances que se han generado, pero al mismo tiempo deja instalada la conversación sobre las transformaciones necesarias en el sistema educativo chileno, que deben hacerse de forma transversal y colaborativa entre el Ministerio y la comunidad educativa.
“El crecimiento en estos últimos años ha sido en forma acelerada poniendo en discusión la formación evaluativa, el trabajo colaborativo, la retroalimentación en el aula y la aplicación de nuestro currículum. Estoy convencido que las asignaturas por sí mismas no tienen sentido, sino como todo un sistema articulado que permita adquirir a los estudiantes las destrezas, habilidades y actitudes para entender lo que pasa en el mundo”, destacó Campano.
“Hemos aprendido sobre la marcha a trabajar en esta virtualidad y le hemos tratado de sacar el mejor provecho”, aseguró César Retamal, Director de Ciclo de Vida Estudiantil (CIVE), quien además señaló que la instancia no solo es una ventana para mostrar el trabajo que se ha venido desarrollando desde UTalca, sino también desde los establecimientos educacionales que trabajan con el programa PACE y cuya adaptación a las plataformas educacionales no ha sido tarea fácil.
Durante la primera jornada del seminario se contó con la charla magistral de la doctora y profesora asociada en psicología educacional de la Universidad de Talca, Carolina Iturra, quien planteó los desafíos de los ambientes de aprendizaje con la llegada de la virtualidad. “Es la primera vez en la historia que la humanidad se enfrenta, desde el punto de vista educativo, a tener que tomar decisiones para poder dar continuidad al proceso de enseñanza- aprendizaje. La virtualidad nos dejó grandes desafíos y la hibridez se convirtió en la modalidad más recomendable para aplicar en el sistema escolar”, planteó.
Sin embargo, la experta advierte que hay situaciones que deben mejorarse, como definir si se va a seguir priorizando los contenidos a través del currículo o por el contrario se va a volver aplicar los programas de estudios. Además hizo hincapié en que para el desarrollo de las clases híbridas se debe contar con dispositivos de audio y video que permitan ir conjugando la atención de los estudiantes que se encuentran en el aula y los que se encuentran conectados. “Para que la hibridez funcione la tarea no es fácil, se requiere del apoyo de los establecimientos educativos, lo que implica una inversión tecnológica, sino vamos a generar niveles altos de desmotivación en los profesores y en los estudiantes”.
Otro desafío a afrontar, comenta Iturra, es el trabajo del profesor, ya que asegura uno solo no se dará a basto en la enseñanza híbrida, para ello propone el apoyo de los propios estudiantes. Plantea que dependiendo del nivel educativo, puedan asumir responsabilidades como las regulaciones de las intervenciones en los chat, los foros o participaciones cara a cara, fomentando activamente el aprendizaje cooperativo.
“El ambiente de aprendizaje debe diseñarse considerando un trabajo arduo pero sin sobre carga. Los profesores debemos ser capaces de definir y clarificar que habrá un horario de trabajo y de atención, así mismo se debe rediseñar las estrategias de evaluación considerando la implementación de mecanismos de retroalimentación genérica y personal en beneficio de los estudiantes. Los establecimientos educacionales deben proveer espacios para que los profesores puedan planificar en torno al retorno híbrido”, señaló.
Una jornada de experiencias
La segunda jornada del Seminario de Buenas Prácticas del PACE estuvo enfocada en la difusión de las experiencias de estudiantes y profesores durante la pandemia. Pedro Arcia, doctor en Ciencias de la Educación y facilitador académico del PACE UTalca, dio a conocer un avance de su investigación sobre la dicotomía de la virtualidad educativa donde expuso sobre las situaciones buenas y malas que ha dejado la pandemia.
Entre las bondades que generó el contexto híbrido, Arcia destacó la alfabetización docente y estudiantil con respecto al uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación en pro del proceso de enseñanza aprendizaje, así como el mejoramiento de la autonomía estudiantil en la adquisición del conocimiento, el rescate de la intervención familiar en la formación de los hijos y la formación de redes de aprendizaje en comunidad. Entre los impactos desfavorables señaló las reducciones curriculares, las afectaciones a la salud mental, las interrupciones de mapas de aprendizaje, así como el aumento de las brechas sociales y tecnológicas entre estudiantes.
Por su parte, Paul Fuentes académico e investigador de UTalca, expuso sobre el rol de los orientadores educacionales durante la pandemia y destacó la creación de las comunidades de aprendizaje basadas en el trabajo cooperativo, el apoyo formativo y tecnológico, además del asesoramiento y referencia, que devengó en un Manual para Orientadores realizado por investigadores de la Universidad de Talca.
Víctor Reyes, director del Liceo Bicentenario de Excelencia San Nicolás de Ñuble, planteó la experiencia en la gestión del conocimiento para el aprendizaje desde el liderazgo educativo aplicado por el establecimiento educacional durante el tiempo de pandemia y cuyos resultados los llevó a ser considerados uno de los mejores liceos públicos de Latinoamérica.
“La pandemia nos permitió fortalecer la tecnología y establecer el trabajo coordinado y mancomunado entre los distintos subsectores que interactúan en el currículo. Pudimos crear y consolidad un centro tecnológico, de innovación y emprendimiento para mejorar los procesos de enseñanza e incentivar la educación 4.0 de nuestros estudiantes a través de grupos flexibles, lo que permitió atender la diversidad que se produjo”, detalló durante su ponencia Reyes.
La experiencia estudiantil durante la pandemia fue expuesta por Jeisson Coa, estudiante de Ingeniería Civil Mecatrónica de la Universidad de Talca, quien vivió el proceso de transición entre el liceo y la educación superior en pandemia. Además de plantear las estrategias usadas para su adaptación a esta nueva etapa, detalló el apoyo recibido por el programa PACE y la Unidad de Acompañamiento Estudiantil (CIMA) para mejorar su rendimiento académico.
En la segunda jornada también estuvo presente Luis Muñoz Canales, orientador del Liceo Bicentenario Técnico Profesional de Putú, quien contó su experiencia con respecto al manejo de las emociones de los estudiantes.
“Esta pandemia provocó que el manejo de las emociones de los estudiantes pasara a primer lugar en vez del aprendizaje de contenidos” aseguró Muñoz y para su abordaje planteó el uso del árbol de las emociones y de un esquema de sentimientos en distintos colores que permitía saber en qué estado se encontraban los estudiantes y les daba opciones para afrontarlos. Detalló que se apeló a las comunicaciones vía aplicaciones, que en algunos casos se vieron afectados por la débil señal de internet y telefonía rural.
Una de las anécdotas contadas por el orientador tuvo relación con la aplicación de la hibridez. “Al principio los estudiantes no querían salir del cuadro que se les había asignado y hubo que realizar un trabajo de orientación para volver a fomentar la interactividad en el aula” narró.
El cierre de la jornada estuvo a cargo de la profesora chilena Rayen Inostroza, quien dicta clases en Estados Unidos y se destaca como influencer de contenido educativo a través de Instagram. Su ponencia estuvo enfocada en dar a conocer algunas estrategias y aplicaciones para la enseñanza durante las clases híbridas.
“Las clases hídridas son un sistema creado de emergencia para poder sobrevivir y seguir enseñando a los estudiantes”, aseguró la experta quien apuesta a actividades divertidas para generar un enganche emocional con sus alumnos. “Con las clases híbridas la conexión emotiva y social disminuyó mucho, hay estudiantes que en un año no han podido hacer amigos. Las actividades que los profesores pueden usar no necesariamente deben tener relación con el contenido de la clase. El objetivo es que a través del efecto emocional de un estudiante pueda generarse un aprendizaje más provechoso y efectivo”, finalizó.